jueves, 22 de enero de 2009
Laboratorios farmacéuticos siempre en crisis
Leía ayer con estupor declaraciones de presidentes españoles de laboratorios farmacéuticos (tales como Pfizer, Novartis, AstraZeneca), en un buen reportaje de Milagros Pérez Oliva, publicado en El País. No paran de quejarse sobre el azote que les está dando la crisis mundial. Desde luego, hay empresas que no se cansan de vivir en crisis.
Tal como Milagros apunta, ahora que le han visto las orejas al lobo es cuando se alían con la Sanidad pública y están dispuestos a colaborar para sostener el gasto farmacéutico. Al sector hay que reconocerle el gran esfuerzo investigador que han llevado a cabo desde siempre y que nunca han sabido vender tras ese halo de ocultismo en el que se han refugiado durante décadas; pero tampoco hay que obviar que estas empresas se reinventan cada año tras la ilusión de que una crisis perenne les atenaza, prescindiendo de la gente que mejor lo hace.
Los despidos en los laboratorios se iniciaron hace años (siempre lo niegan) y le fue tocando la china a los menos indicados: médicos, farmacéuticos, ejecutivos... ahora a los investigadores. A la limón siguen creando innecesarios cargos para los que, aún no sabiendo ni ellos a qué se dedican, se han ido quedando sin responsabilidades claras aunque amarraditos al sillón. Cierto es que podría enfocarse como una acción caritativa porque hay quien fuera no tendrían dónde caer.
A lo que me refiero es que con la importante labor social que realizan (soy de las que piensa que los medicamentos son vida), porqué no se plantean desprenderse de tanto parásito para centrarse en su trabajo y dejar de llorar, ya que a poco se les conoce esta industria no da ninguna pena. Que se deshagan de tanto puesto sin contenido, que se descosan a esos directivos que sólo hacen guerra interna y ponen en jaque a los que curran, que discriminen la carguitis y congelen los sueldos…
Industria farmacéutica sí, es vital; pero que se dejen de construir refugios para pelotas inútiles, seguro que redundará en una mejora sostenible en sus ‘todavía’ abultadas cuentas de resultados.
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Es cierto, yo trabajo en un laboratorio y hay una serie de personas que son inamovibles mientras que a los demás nos mueven como a peonzas. Lo que dice El País es verdad son grandes dinosaurios que no quieren actualizarse sino seguir ganando y ganando, manteniendo jerarquías obsoletas con sueldos bien actuales.
ResponderEliminarPues más les valdría ponerse al día ¿no? Gracias Andrea por tu comentario. Un saludo,
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