En 2009, la Ordenanza de Publicidad Exterior del Ayuntamiento de Madrid regulaba la contaminación lumínica de Madrid, y obligaba a retirar los anuncios publicitarios que iluminaban el cielo de Madrid. Una comunicación bonita y decorativa que tanto colorido daban a la nocturnidad de la ciudad.
Por entonces se decidió indultar a algunos de estos anuncios: -el de Tío Pepe en la Puerta del Sol y el de Schweppes en la Gran Vía- por considerarlos de interés histórico, con el aplauso de la gran mayoría de los ciudadanos.
Los dueños de otro dos luminosos estaban pendientes de demostrar al consistorio madrileño que sus anuncios merecían también ese carácter histórico: el de BBVA en el Paseo de la Castellana y el de Firestone en la esquina entre las calles O'Donell y Alcalá. Hoy este último cartel de neón iluminará por última vez la noche madrileña, dado que las autoridades municipales no han considerado probado ser parte de la historia de la capital.
¡Adiós Firestone, descansa en paz!
Foto: La República del Running
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