Pensar que a estas alturas de la película muchas grandes corporaciones aún no apuestan por la Comunicación es casi una locura. Pero creo que esa locura es aún mayor, cuando se da el caso de aquellas compañías que aún apostando por ella, realmente no se lo creen. Y quizá cuando lo hagan ya será demasiado tarde.
Y es que a poco que se establezcan unos mínimos en la puesta en marcha
de cualquier proyecto, a nadie se le pasa por alto que la comunicación es una pata
básica del entramado empresarial. Más aún debería serlo para las grandes firmas
que ya están consolidadas dentro de su mercado. Pero no es así. Hay algunos
sectores especialmente reacios a comunicarse con el mundo, con sus actuales y con
sus potenciales clientes. Adolecen de una buena comunicación, pero luego se
quejan de la mala imagen que tienen ante la sociedad, y lo cierto es que se la ganan
a pulso.